Estos pisos abuhardillados no parecen pensados para el tamaño de los alemanes (ni sudafricanos). Ahora, yo no tengo ningún problema para moverme por mi mini-cocina.
Aquí os haceis una ligera idea de mi “casa de la abuela” con sus adornos floreados, esculturas variopintas y cristales setenteros. Al parecer en el piso no vivía una abuela, sino una pareja de yugoslavos que decidieron volver a su país. (Me pregunto si lo habrán encontrado).
Aquí os haceis una ligera idea de mi “casa de la abuela” con sus adornos floreados, esculturas variopintas y cristales setenteros. Al parecer en el piso no vivía una abuela, sino una pareja de yugoslavos que decidieron volver a su país. (Me pregunto si lo habrán encontrado).