miércoles, 27 de abril de 2011

Pedro no cabe en su casa




Estos pisos abuhardillados no parecen pensados para el tamaño de los alemanes (ni sudafricanos). Ahora, yo no tengo ningún problema para moverme por mi mini-cocina.

Aquí os haceis una ligera idea de mi “casa de la abuela” con sus adornos floreados, esculturas variopintas y cristales setenteros. Al parecer en el piso no vivía una abuela, sino una pareja de yugoslavos que decidieron volver a su país. (Me pregunto si lo habrán encontrado).

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