viernes, 24 de febrero de 2012

Carnaval, te quiero

La escapada al ahora cercano Brasil para el carnaval no pudo ser, pero se vio sustituído por uno de no menos calibre.

Carnavales, hay muchos, pero como el de Carúpano… ninguno! (Este era el slogan que sonaba en los altavoces de todos los camiones que pasaban con la cabalgata entre “ai se eu te pego” y “danza kuduro”.

Ahí estamos de fabricación de trajes (me falta ponerme una montera y al toro!)


Cuatro intensos días de coche, fiesta y playa.

Éste de abajo fue el resultado. Todo un éxito, hasta pasó una carroza de Aladdín a la que nos pudimos acoplar como comparsa bailonga.

Por ahí atrás salen también los jeques árabes!

Aquí está Leo con una de las reinonas de la cabalgata. Sin palabras…

Lo mejor fue bailar durante horas al más puro estilo charanga de las fiestas siguiendo a los camiones.

Dije yo muy rápido que no me apuntaba ni loca a los grupos de gente deportista que quedan los jueves en una plaza de Caracas para correr 7km por la ciudad… pero si me ponen un vaso (de agua) en la mano y sigo un coche con un altavoz con reggaetón, igual me lo pienso…

Por cierto, las playas de la península de Paria, donde está Carúpano, son increíbles, aunque nuestro máximo disfrute de ellas fue dormir toooodo el día.

jueves, 23 de febrero de 2012

Porque nosotras lo valemos



Este es el ensayo de posadito venezolano, liderado por MJ (alias Anita Obregón).
Instrucciones: patita para adelante (a poder ser la izquierda, por circunstancias del país), barriga para dentro, pecho para arriba, pelo al viento y sonrisa Colgate.
Me recuerda al mítico canto campamentil:
-Dedi avanti -Dedi avanti!!! -Domini pietro –Domini pietro!!! -Lengua di fora –Lengua di fora!!! -Pata quebrata –Pata quebrata!!!

martes, 14 de febrero de 2012

De camino al cerro de María Lionza


Esta es nuestra posada en Chivacoa, nuestra parada antes de dirigirnos al cerro de María Lionza, muy chula aunque con unas cornetas (altavoces) en el patio que nos forzaron a una noche salsera incluso metidas en la cama para madrugar al día siguiente. (la mano arriiiba, cintura sooola)

El cerro de María Lionza es un lugar sagrado, uno de los centros espirituales de Venezuela, en los que personas de todas las religiones van a practicar sus ritos y celebraciones. No era cuestión de sacar la cámara, así que no tenemos documentación gráfica, pero nos llevamos buenas charlas con los paisanos, aprendizaje y buenas sensaciones.

Al fondo nuestra amiga Sara, francesa erasmus en Zaragoza, lo que le da un acento franco-maño muy particular, no me había parado yo a pensar que el acento al final de la frase que tiene el francés pudiera convertirse tan fácilmente en acento cerrau baturró... :)


En la escuela

Este es el corredor del patio en planta alta, con todos los chamos y profesores de la escuela. Mi oficina es esa ventanica a la izquierda del todo. (pinchar foto para conseguir ver algo)

Abajo: el patio, las clases, el almacén, los talleres...

Arriba: la montaña, el cerro, el barrio, los ranchos...

martes, 7 de febrero de 2012

De obras en el barrio Bolívar




Aquí están los chamos de la escuela tomando notas (parece un posado, pero es real) en nuestra visita al barrio Bolívar, en el cerro de la Guaira.

Planeamos una colaboración técnica en la reconstrucción que la comunidad está haciendo de sus casas, con material proporcionado por el gobierno. La casa verde se está ampiando, pero ojo al desplome atroz del futuro pilar…

Esta señora hizo borrón y cuenta nueva, tiró la casa entera, y a volver a empezar. Como se ve, ya va bueno el murete…

Historia breve de un intento de foto con temporizador


En la pequeña piscina Melrose Place de nuestro viaje a Choroní.

Aventuras en buseta


Llevaba yo el otro día desde las 6.30 de la mañana montadita en la buseta esperando a que se llenara para salir rumbo a Barquisimeto. Dieron las 8.00 y aunque ya estábamos muchos, todavía no habíamos llenado, así que el señor busetero decidió que no le merecía la pena llevarnos, escribió un papelito con otro destino, lo pegó en el parabrisas y nos echó para abajo a todos, para meter a un grupo más numeroso que iba para otro lado.

Tras momentos de desconcierto e indignación grupal, dimos vueltas por la estación hasta que encontramos otra buseta que nos podía llevar y allí echamos otras dos horas hasta que conseguimos salir.

Lo mejor es que durante nuestra espera, no dejaron de subir buhoneros vendiendo cosas, como por ejemplo librillos de pasatiempos (que es desmoralizador cuando llevas ya 3 horas esperando) y tubitos de leche condensada (para evitar que a la gente le de un jamacuco, supongo).

Por mi parte, entre siesta y siesta, acabé de leer el libro que llevaba y en mi aburrimiento (aunque esto sea vergonzoso porque mejor habría sido un libro de sudokus) acabé comprándome la Cosmo y después de comprobar que era falsa mi sospecha de que en las páginas centrales habría un póster desplegable de Chávez, aprendí “como hacer que mi chico haga todo lo que yo quiero sin darse cuenta”… absolutamente revelador.

El vigilante nos pasó una maquinita de detección de metales mientras estábamos esperando, y como se saltaba a algunos, según su propio criterio (o pereza) hubo gente que le llamaba quejándose de que no le habían registrado, pidiendo su turno. (No puedo comprenderlo, explicación posible?)

Subiendo al Ávila





Este domingo subimos al cerro del Ávila, parque Nacional al ladito de Caracas (ya había hecho una intentona, pero ésta fue la de verdad).

La foto que parece un fotograma de Lost corresponde a seis horas de paseo selvático (por mi cara atomatada se ve que no lo estaba llevando con mucha ligereza) por caminos arrechamente empinados.

Menos mal que bajamos en teleférico (aprecio mis rodillas), este tremendo cacharro desde el que tuvimos vistas impresionantes de vuelta a la gran ciudad.

Fumar mata


Había visto muchas cajetillas con fotos turbias de pulmones negruzcos, pero este aviso de las cajetillas venezolanas de "que en paz descanse-Venezuela libre de humo" me parece lo más.