En la tierra de los Incas

 Fabulosas vacaciones de Semana Santa en el sur de Perú. En esta foto, para anuncio de Polaroid, podéis conocer a una esta simpática llama, que no nos escupió a pesar de estuvimos dándole la lata toda la tarde intentándolo…

El capítulo de ¨Tintín y el Templo del Sol¨ me creó muchas expectativas sobre este país en mi infancia. No decepcionó, aunque he de decir que las llamas no te escupen aunque les grites ¨ostrógodo, marinero de agua dulce, truenos y relámpagos!¨ y que Hergé se olvidó de dibujar las toneladas de turistas y sus correspondientes guías y vendedores. Claro, que eran otros tiempos... 

Como no, hicimos nuestra obligada visita al Machu Picchu, donde nos comimos un San Jacobo, como está mandao por los Berzas, e hicimos una visita increíble pasada por agua, mucha agua… La verdad es que es un 

lugar que quita el hipo. (aunque siempre será más práctico beber siete sorbitos de agua o que te den un susto…)

Aquí los muros Incas de la ciudad de Cuzco, y mis compañeros de aventuras, de dar tumbos por ciudades, buses, islas flotantes y montañas y de compras para sustituír nuestros atuendos de falso Quechua-Decathlon por el verdadero pack Quechua autóctono de lana de llama. (incluye gorro con trencillas al estilo manu chao y jersey abuelil)

Mi lado malvado

Hace poco tuve ocasión de poner a prueba mi lado de profe mala e hice a los chicos de la escuela mi primer examen. Ya vale de tanta practiquita y tanta tontería, todos a estudiar y a sufir!

Estar al otro lado de la realidad del examen me hizo darme cuenta de lo inocentes que éramos en nuestros tiempos mozos, pensando que el profesor no se daba cuenta de que habíamos dejado los apuntes abiertos ´casualmente´ cuidadosamente tapados, en la silla vacía de al lado, o que nos comunicábamos con el de al lado en cuanto se daba la vuelta (esto era como el un, dos, tres chocolate inglés, pero pillándoles a todos), cuánta manga ancha de la que no nos dimos cuenta en su momento!!!

He de decir que quedé un poco decepcionada por la falta de chuletas creativas. O a lo mejor fueron tan creativas que no logré detectarlas…

Maracaibo

Este es el barrio de Santa Lucía en Maracaibo, con luces, casas de colores y bares entrañables atestados de gente. Detrás de la mata de pelo, nuestra anfitriona gringa Stacey, más maja ella...

Un fin de semana completito, bailando salsa, bailando salsa en el Stella, al soooon del ritmo sabrosóooon , de concierto, de cumpleaños de unos amigos espontáneos, que resultaron ser los gemelos olvidados de ¨Chino y Nacho¨ y paseo a la orilla del lago Maracaibo, que más bien parece un mar.

En la parada en la estación de servicio del viaje de ida, entré con cara de pena en una tabernilla a ver si me dejaban usar el baño. La señora me dijo, ¨no hay¨, creí que me estaba mintiendo y me pareció una antipática, hasta que, para mi sorpresa, salió de la barra y me dijo, ¨pero no te preocupes que te acompaño al edificio en obras de al lado y te tapo¨. Jamás vi cosa igual, y sin consumir!!!

En el viaje de vuelta fuimos torturadas desde las 3 hasta las 6 de la mañana con un aire acondicionado atroz y música salsera a tope para evitar que el conductor se durmiera. Ni las bolas de papel higiénico incrustadas en los oídos, ni toda la ropa del fin de semana colocada en capas superpuestas pudieron salvarnos del castigo.

Actividades extraescolares

Esta fue una de nuestras sesiones de cerámica indígena en la Tun Tun (nuestra posada), aquí están Norka y Damien (los dueños) y de espaldas el profe de cerámica de la escuela, que ha vivido con nosotros durante el último mes. Relajantes mañanas de domingo manoseando arcilla y bebiendo café. Pequeño testigo de nuestra rutina doméstica.