Fabulosas vacaciones de Semana Santa en el sur de Perú. En esta foto, para anuncio de Polaroid, podéis conocer a una esta simpática llama, que no nos escupió a pesar de estuvimos dándole la lata toda la tarde intentándolo…
El capítulo de ¨Tintín y el Templo del Sol¨ me
creó muchas expectativas sobre este país en mi infancia. No decepcionó, aunque
he de decir que las llamas no te escupen aunque les grites ¨ostrógodo, marinero
de agua dulce, truenos y relámpagos!¨ y que Hergé se olvidó de dibujar las
toneladas de turistas y sus correspondientes guías y vendedores. Claro, que eran otros tiempos...
Como no, hicimos nuestra obligada visita al Machu
Picchu, donde nos comimos un San Jacobo, como está mandao por los Berzas, e
hicimos una visita increíble pasada por agua, mucha agua… La verdad es que es
un
lugar que quita el hipo. (aunque siempre será más práctico beber siete sorbitos de agua o que te den un susto…)
Aquí los muros Incas de la ciudad de Cuzco, y mis
compañeros de aventuras, de dar tumbos por ciudades, buses, islas flotantes y
montañas y de compras para sustituír nuestros atuendos de falso Quechua-Decathlon
por el verdadero pack Quechua autóctono de lana de llama. (incluye gorro con
trencillas al estilo manu chao y jersey abuelil)
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