miércoles, 27 de junio de 2012

¿quién dijo frío?


Esta es la historia de una fría noche de autobús, como toda noche en autobús venezolano.


El conductor enciende el motor, y la suave "brisa" del aire acondicionado revuelve tu pelo, sacas el pañuelo para cubrirte el cuello. La brisa comienza a ser más fuerte y más "fresca", y decides ponerte la chaqueta.


Cuando empiezas a sentir que la punta de tu nariz está fría y te cuesta mover los dedos de las manos, pasas te pones el forro polar. Inmediatamente después sacas la manta (de Iberia o de Lan) de la mochila y te tapas todo lo que puedes.


Y cuando la escarcha te pega las pestañas y no consigues abrir los ojos, recurres a lo que sea, aunque sea la cortina, para enroscártela en la cabeza y ruegas que el viaje sea corto o que se pinche alguna rueda para poder salir un rato al calor de la carretera...

Playa Blanca


Y desde Cartagena, escapamos a Playa Blanca, un pequeño paraíso con arena adivinad de qué color.
Allí dormimos en esta exótica "posada": un tejadillo con hamacas colgando, con una muy conveniente tela mosquitera para echarte por encima. Fue muy relajante dormir tan cerca del agua, pero el elevado número de hamacas colocadas en un espacio tan pequeño hizo que cada vez que el del extremo izquierdo se movía, se moviera el del extremo contrario. Comprobamos con nuestros propios cuerpos el efecto físico del típico adorno de escritorio de oficina, ese que son muchas bolas colgadas seguidas... mejor lo dejo en imagen:


Aquí con la Tere en nuestra puesta de sol acuático-playera


Cartagena de Indias


Aquí está Cartagena de Indias, una joyita de la costa colombiana de obligada visita. 
Con un trabajo increíble de restauración, las calles están llenas de color, de plantas, de música y de magia (y de turistas y de souvenirs y de gente intentando venderte cosas... pero eso no suena romántico) y calor, muuuucho calor costeño...



miércoles, 20 de junio de 2012

Rarezas colombianas


Aquí os presento el Tejo, un juego Bogotano de lo más peculiar. Es como una especie de petanca, pero en vez de darle a las bolas, hay que darle a un panel de barro con papelitos rellenos de pólvora que explotan si aciertas. Aparte, el usar las canchas, implica tener siempre cervezas encima de la mesa... 
Entre otras rarezas,  está la tradición de tomar chocolate caliente con queso, el sabor es un poco raro, pero el queso se derrite y está rico. Pero sigo pensando que poruqe el queso esté bueno y el chocolate esté bueno, no significa necesariamente que juntos estén el doble de buenos.
Y entre otras, de las que no tengo documentación gráfica, está la costumbre normalizada de que los hombres se hagan regularmente la manicura y la presencia de grupos de mariachis-camellos de alquiler, que se colocan en las calles en horarios intempestivos, para que la gente que viene de fiesta pueda contratarlos para ir a seguir la fiesta a su casa, con su música y otros servicios.



C3PO y Arturito

Aquí el primer testimonio de mi viaje a Colombia, con Tere y un R2D2 que encontramos en la estación de autobuses, se le veía un poco apagadillo al pobre...
También viajamos en el TransMilenio, conocido popularmente como el TransmiLleno, por cómo se pone en hora punta, aunque yo no he visto nada igual que el metro de Caracas, cuando crees que ya no podría entrar ni una persona más, si tardan un par de segundos más en cerrarse las puertas, se meten cuatro o cinco...
Hoy estaba en el andén y ha empezado a salir gente del vagón sin parar, y dentro seguía estando igual de lleno. He dudado de si era una cámara oculta y estaba entrando una masa de gente por la puerta del lado contrario, para dejarnos ojipláticos, pero no, y aún con todo ha habido que empujar para entrar.

martes, 19 de junio de 2012

Zurück in Deutschland?



Bienvenidos a la Colonia Tovar, una colonia alemana en Venezuela. Parece ser que se vinieron unos paisanos alemanes a cultivar aquí y decidieron armar su pueblo como si estuvieran en su tierra patria, conservando su cultura y sin mezclarse con la población local.
Pasados los años vieron que la genética estaba haciendo estragos y decidieron mezclarse con los venezolanos, dando como resultado este pintoresco pueblo, con casitas alemanas y restaurantes con weißwurst y weißbier al mismo tiempo que coches con el reggaetón a tope y mozas tropicales con ropas ajustadas.

Una Mérida del otro lado del charco







Después de abandonar la ciudad de Coro que fue nuestro hogar, y antes de volver a caer en las fauces de la loca Caracas, pasamos un fin de semana en Mérida, ciudad venezolana en los Andes, pasando, por primera vez en mucho tiempo, un frío atroz.
Después, me reincorporé  a la escuela de La Guaira y todos los días puedo ir prácticamente nadando al trabajo, de la humedad que hay en el aire.
El otro día me derrumbé en mi silla cogiendo pequeños tragos de aire desde el ventilador y vino la coordinadora toda alarmada diciendo que qué barbaridad,que estábamos a 31 grados, qué temperaturas... 
-31 grados? señora! eso no es nada!