martes, 29 de marzo de 2011

Las intrépidas aventuras de Paula y Amaya en los Alpes Suabos


Para empezar, visitamos a nuestros parientes de Stuttgart viajando con unos macarras alemanes que nos mostraron lo “emocionante” que es que en Alemania no haya límite de velocidad en las carreteras…

Nuestro bajo conocimiento del idioma local nos permitió hacernos las suecas y colarnos en fiestas privadas y viajar gratis en el autobús.

Nuestro alto conocimento del idioma español también nos reportó beneficios: concimos a una señora ecuatoriana que nos llevó de excursión y que, haciendo gala de su conocimiento de la geografía española, me preguntó: “Y te has venido a Alemania, para vivir en Gredos???

(Los autóctonos que voy conociendo, siempre me preguntan al más puro estilo “Loquillo” -Qué hace una chica como túúúú en un pueblo como ésteeeee????)

Por último tuvimos otra corta faceta criminal: tras la invitación de un amigo a tomar prestado su coche con la información: buscar-audi-rojo-aparcado por el pueblo-abierto-llave puesta, estuvimos a punto de robar incoscientemente el audi rojo de un pobre paisano, sí, había más coches que correspondían a la descripción…

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